Un nuevo informe del Grupo Banco Mundial afirma que invertir un 1,4 % del producto interno bruto (PIB) al año en acciones para disminuir la emisión de co2 permitiría reducir las emisiones de los países en desarrollo en un 70 % para 2050 e incrementar la resiliencia.
No fue hace mucho que la secretaría de la CMNUCC (ONU Cambio Climático) publicó que las emisiones mundiales de CO2 repuntaron en 2021 hasta su nivel más alto de la historia.
Son las emisiones mundiales de dióxido de carbono relacionadas con la energía las que aumentaron un 6 % en 2021, hasta alcanzar los 36 300 millones de toneladas. Este fue su nivel más alto de la historia. Esto se produjo en el marco de la recuperación de la economía después de la crisis de COVID-19, que dependió en gran parte del carbón.
La importancia de comunicar la necesidad de invertir en acciones para disminuir la emisión de Co2 es preocupación no solo de los organismos mundiales como el Banco Mundial y la ONU. Asociaciones y fundaciones, como Jóvenes por el Clima (Argentina) y Youth Climate Champions, son otras organizaciones que expresan sus inquietudes con respecto al tema.
La Conferencia de Cambio Climático de las Naciones Unidas de 2022 (COP27) en Egipto ha sido el puntapié para abordar este tema. Los jefes de Estado, ministros y negociadores, junto con activistas climáticos, alcaldes, representantes de la sociedad civil y directores ejecutivos, se reúnen del 6 al 18 de noviembre en la ciudad costera egipcia de Sharm el-Sheikh para este encuentro anual sobre cambio climático.
Una agenda compartida para las empresas
Para apoyar la alineación de los objetivos climáticos y de desarrollo a nivel países, el Grupo del Banco Mundial lanzó hace unos días nueva herramienta de diagnóstico central: Climate and Development: An Agenda for Action (CCDR).
De esta manera, las CCDR integran las consideraciones sobre el cambio climático y el desarrollo. A su vez, tienen como objetivo ayudar a los gobiernos, los inversores del sector privado, y los ciudadanos a priorizar las acciones que pueden impulsar la resiliencia y adaptación. Como así también contribuir a los bienes públicos globales con el fin de emprender acciones para disminuir las emisiones de Co2 y de gases de efecto invernadero (GHG).
Este conjunto de 19 CCDR cubre 24 países. Puntualmente, este conjunto publicado se basa en la riqueza de los informes de cada país y pone de relieve las enseñanzas que pueden extraer los países sobre la integración de los objetivos climáticos y de desarrollo.
Se concluye que este enfoque puede ayudar a gestionar los impactos negativos del cambio climático. En el mismo sentido, generar impactos positivos en el PIB y el crecimiento económico, y resultados de desarrollo cruciales, como la reducción de la pobreza.
Las condiciones clave para el éxito incluyen reformas de gran impacto, una asignación más adecuada de los recursos públicos. Además de una mayor movilización de capital privado y un importante apoyo financiero de la comunidad internacional.
Las lecciones para invertir en acciones para disminuir la emisión de Co2
Juntos, los CCDR brindan tres lecciones principales. En primer lugar, el cambio climático plantea una gran amenaza para los objetivos de desarrollo a largo plazo, especialmente la reducción de la pobreza.
En segundo lugar, los objetivos climáticos se pueden lograr sin comprometer el desarrollo, pero solo si se cumplen las condiciones clave. Dentro de estas condiciones se incluyen acciones climáticas bien diseñadas, fuerte participación del sector privado y apoyo internacional. También aparecen las medidas complementarias apropiadas para gestionar las compensaciones inevitables, proteger el consumo de los pobres y facilitar una transición justa.
Y en tercer lugar, el éxito requiere reformas políticas desafiantes y la reasignación de los escasos recursos públicos. A su vez, una mayor movilización de capital privado y un mayor apoyo financiero de la comunidad internacional.
Emisión de co2: Diferencias entre los países y sus ingresos
En el informe se muestra que las necesidades de inversión son notablemente mayores en los países de bajo ingreso. Justamente porque son más vulnerables al riesgo climático, donde a menudo superan el 5 % del PIB.
Por lo tanto, estos países necesitarán entonces mayor volumen de financiamiento y donaciones para poder emprender estas acciones para disminuir la emisión de Co2. Como también gestionar los impactos del cambio climático y desarrollarse dentro de un modelo con bajas emisiones de carbono.
También se señala que los países de ingreso alto que tienen mayor responsabilidad por las emisiones deben tomar la iniciativa.
De esta manera, se afirma que se debe llevar adelante una descarbonización más profunda y rápida, con mayor apoyo financiero a los países de menor ingreso. Los principales emisores actuales y futuros del mundo en desarrollo también desempeñan un papel clave para que el mundo logre los objetivos del Acuerdo de París.
Por último, se examinan las tecnologías e innovaciones necesarias para reducir la intensidad de las emisiones en la producción de electricidad, acero, cemento y manufacturas. También se menciona la manera en que el mundo deberá crear cadenas de suministro ecológicas y eficientes para un futuro sostenible.