El Banco Central Europeo mantiene en la mira al Deutsche Bank tras desplomarse sus acciones durante la semana pasada. Por otro lado, la subida de los CDS inquietaron a los inversores y depositantes. Pero, ¿realmente este banco puede repetir la situación del Credit Suisse Group?
La crisis bancaria atenaza las preocupaciones de los Estados Unidos y Europa. De caer otro banco, la corrida financiera sería inminente. Es por eso, que el Deutsche Bank ha estado en boca de todos esta semana.
En resumen, las alarmas se dispararon cuando su cotización cayó un 10%, mientras que las permutas de incumplimiento crediticio (CDS) subieron. Lo que refleja un aumento del costo del seguro contra la insolvencia del banco para los tenedores de bonos.
¿Por qué se desarrolló esta subida? En principio se debió al anuncio de una amortización anticipada de los bonos de nivel 2. Sin embargo, esta situación no representa en absoluto una indicio de debilidad, el mercado lo ha tomado como tal. Principalmente, porque los problemas estructurales del Deutsche Bank han permanecido desde la crisis del 2008.
El Deutsche Bank lleva tiempo bajo el escrutinio del Banco Central Europeo
La crisis del 2008 fue un duro golpe para el Deutsche Bank, ya que le causó complejos problemas estructurales que persisten en su estructura hasta hoy. Una situación de lo más alarmante si se considera que es una de las mayores entidades financieras de Alemania.
¿A qué nos referimos con daños estructurales entonces? Primero, el Deutsche Bank tiene un deficitario negocio de inversión que fue eliminado gradualmente, tras varias sanciones de los organismos reguladores.
Esto les ha obligado a centrarse en los servicios financieros más tradicionales. Por lo que han dado una mayor importancia a la banca corporativa y minorista. Según el informe del año pasado, aún sigue vigente este enfoque, ya que ha demostrado un beneficio de más de 6.450 millones de USD.
Como vemos, pese a los desafíos, el Deutsche Bank ha mostrado indicios de recuperación. Pero el mercado no suele perdonar tan rápidamente, sobre todo cuando sus activos dependen del desempeño de un tercero.
Aunque no debemos culpar individualmente a este banco. La desconfianza parece dirigirse al sistema complejo. Por lo visto, ningún banco del sistema de reserva fraccionaria estaría en condiciones de resistir él embiste de una estampida bancaria.
¿Qué camino tomará el Banco Central Europeo? Entre la impresión de dinero y la regulación bancaria
Ante esta situación, la opción más natural es poner la mirada en el Banco Central Europeo. ¿Qué hará ante la falta de credibilidad del sistema y la crisis financiera que ronda sobre sus cabezas?
Pero, el actual contexto que pone al Deutsche Bank en apuros y el accionar de la FED, no le deja mucha libertad de acción al Banco Central Europeo. La única forma de poner un freno a la crisis bancaria es mediante la emisión de dinero.
Sin embargo, este método parece ser un parche que termine relajando moralmente a las instituciones financieras. El peligro de aumentar la liquidez y aumentar las garantías bancarias, es que puede volverse fácilmente parte de la estructura financiera y agravar aún más la crisis sistémica.
En definitiva, los bancos terminarán por tener menos incentivos para gestionar los riesgos. Lo que, a largo plazo, provocará que el Banco Central Europeo debe volver a emitir dinero, generando niveles de inflación difíciles de contrarrestar.
Por parte de los clientes, ante una mejora de las garantías de depósitos, estos dejarán de ejercer presión sobre los bancos. Ya que centrarán en los tipos de interés más que en la salud financiera de la entidad.
Por otro lado, el presidente del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo, Andrea Enria desaconsejó el retorno sobre la discusión de la regulación y supervisión bancaria. Alegando que esto estaría lejos de ser productivo. La única salida y postura eficaz para evitar situaciones como la del Deutsche Bank y el Credit Suisse Bank, parece ser la supervisión eficaz.
Al respecto, también mencionó que la normalización del entorno de la política monetario los ha llevado a supervisar qué herramientas de supervisión se están utilizando. Es evidente, en el contexto actual, que se debe abordar el riesgo bancario mediante la referencia a los riesgos de tipos de interés, financiación y liquidez.