Se activó el embargo parcial del bloque al petróleo de Rusia, que había sido acordado en mayo por la Unión Europea como parte de las sanciones por la guerra de Ucrania. La medida prohíbe las importaciones del crudo ruso por mar, lo que reduciría el 90% en las importaciones de la UE, según la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.
Medidas para frenar a Rusia
En adición al embargo parcial, los miembros del G-7, la UE y Australia activaron su mecanismo para limitar el precio máximo de las exportaciones de crudo ruso a países terceros, fijado en 60 dólares por barril.
La medida busca reducir los ingresos de Moscú, evitando provocar un colapso en la oferta que dispare los precios en el mercado global. Se intenta aprovechar la ventaja de las compañías occidentales en los sectores de transporte marítimo, para forzar a terceros actores a respetar el límite establecido.
Esto se debe a que, desde el inicio del conflicto, las exportaciones rusas de petróleo casi no se han reducido, porque países como China e India se han dedicado a comprar la producción no enviada a Europa. De hecho, hace poco tiempo las protestas en China habían provocado la caída del precio del petróleo.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que Moscú «no reconocerá ningún tope de precios«. Por su parte, el viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, declaró no exportarán petróleo a los países que se adhieran al tope, aunque eso suponga recortar la producción.
En 2021, Rusia se convirtió en el segundo mayor productor de petróleo del mundo, despachando 9,7 millones de barriles al día. De ellos, 5 millones fueron exportados. Estos niveles estaban por encima de Arabia Saudita, y solo por debajo de Estados Unidos, el mayor productor del mundo.
En este sentido, el 27% del total de importaciones de petróleo de los países de la Unión Europea provenía de Rusia, el equivalente a unos 2,4 millones de barriles diarios, según datos de la Agencia Internacional de la Energía.
Cómo afectan estas medidas al resto de los países
No está claro del todo cómo el embargo podría afectar a los precios de la energía en todo el mundo. El costo del barril de crudo ha estado cayendo en los últimos meses, tras superar los US$ 100 al comienzo de la guerra. En consecuencia, tanto Rusia como la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), han señalado que podrían reducir su producción para estabilizar los precios.
Por lo tanto, es difícil de prever el resultado de este conjunto de medidas. De hecho, la OPEP+ (versión ampliada del tradicional grupo de productores) y Moscú mantienen sin cambios su producción tras el tope al petróleo ruso.
Será difícil para Rusia reubicar el crudo que dejará de importar la UE, como así también lograr venderlo sorteando el límite de precio. Justamente, las compañías occidentales dominan el mercado en los sectores de transporte marítimo, seguros y financiación vinculados a este tipo de operaciones.
Quienes quieran contar con estas empresas, tendrán que respetar el tope, pero como señalaron autoridades del Kremlin, no comerciarán con quienes adhieran al tope. Se conocerán más detalles a medida que avance el tiempo y Rusia deba compensar las pérdidas por este embargo parcial y las medidas de tope.