El acuerdo de los bancos centrales para mejorar la liquidez no fue suficiente. Las acciones bancarias de Europa cayeron en las primeras horas del lunes. Es que el rescate de Credit Suisse Group por parte de UBS y el gobierno de Suiza despertó la inquietud de los compradores. Lo que llevó a enormes pérdidas para los tenedores de bonos.
Las réplicas del gran sismo que provocó la caída del Silicon Valley Bank continúan. Esta vez la ola expansiva llegó hasta Europa.
Durante los últimos días de la semana pasada, el Credit Suisse Group reportó pérdidas en sus acciones que alcanzaron el 60%. La posibilidad de que otro banco sistémico, y coyuntural para las finanzas internacionales, quebrará, se planteó como catastrófica. Restaurar la confianza en este punto era imposible, por lo que se necesitaba una salida rápida que garantizara la estabilidad.
Por ello, el Sistema Federal de la Reserva (FED), junto con el Banco Central Europeo (BCE) y la Financial Conduct Authority de Reino Unido (FCA) acordaron una fusión entre este banco y el UBS. El gobierno Suizo ofrecería sus garantías, otorgando 9 millones de euros a UBS para reducir las pérdidas.
La maniobra implicaba la inyección de 3 millones de francos suizos y 3200 millones de USD, además del préstamo millonario del Banco Central de Suiza anunciado la semana pasada. Estas negociaciones se llevaron a cabo a contrarreloj durante el fin de semana, para aprovechar que la bolsa no estaba operando.
El objetivo era esquivar lo máximo posible un pico de inestabilidad del mercado en respuesta a esta operación. Pero, ¿se logró?
Tras la compra del Credit Suisse Group los bancos europeos reportaron pérdidas
Lo cierto es que no. Los Bancos Centrales Europeos no lograron sortear el sismo de gran magnitud. A primeras horas de este lunes, la gran parte de las acciones bancarias presentaban profundas pérdidas.
JPMorgan ya había anunciado que esta fusión terminaría beneficiando al UBS a largo plazo. Pese a que asumió 5400 millones de dólares de deuda del Credit Suisse Group. Pero, la amortización de los bonos AT1 terminarían afectando a otros bancos europeos.
En respuesta a este rescate, el índice de valores bancarios regionales descendió un 6% en las primeras horas del lunes. Tocando un mínimo que no se experimentaba desde noviembre del 2022. Por suerte, las negociaciones lograron amortiguar un poco la tendencia a la baja, recortando pérdidas de hasta 1%.
Sin embargo, esta situación se suma a una pérdida del valor del índice del 19%. Solo considerando a marzo. Ya que los bancos de todo el mundo tuvieron que resistir la venta masiva de acciones bancarias tras la quiebra de bancos regionales.
Tendencia negativa en las acciones del banco central europeo y otros bancos centrales
Por otro lado, los mercados financieros no manifestaron un gran pronóstico sobre la compra del Credit Suisse Group, por parte del UBS. Impactando directamente sobre sus cotizaciones al cerrar el lunes.
- Mercado asiático: Hong Kong perdió un 2.7%, Tokio un 1.4% y Shangai un 0.5%.
- Mercado europeo: París cedió un 1.17%, Madrid un 0.90% y Milán un 2.73%.
La situación resultó catastrófica para los poseedores de Bonos AT1. Los tenedores de deuda pensaron que estarían más protegidos que los accionistas, pero este lunes el valor teórico del bono pasó de 17 millones de USD a cero.
En general, el índice bancario europeo cayó más de tres puntos, alcanzando su nivel más bajo en tres meses.
Rescate: El Sistema Federal de la Reserva y el Banco Central Europeo, con otros bancos, buscan mejorar la liquidez
¿Cuál fue la respuesta los organismos bancarios internacionales? En una acción conjunta del FED, el Banco Central Europeo, y los bancos de Canadá, Inglaterra, Japón, y Suiza, se planificó mejorar la provisión de liquidez. Lo harían a través de acuerdos permanentes de líneas de intercambio en dólares estadounidenses.
En un comunicado oficial, estipularon que la medida regiría desde el lunes 20 de marzo hasta, al menos, fines de abril. Esta consistiría en que “Los bancos centrales que actualmente ofrecen operaciones en dólares estadounidenses aumentarían la frecuencia de las operaciones con vencimiento a 7 días de semanales a diarias”.
Varios especialistas destacan que se necesita mucha paciencia para esperar que los efectos de la crisis bancaria se normalicen.